sábado, 24 de mayo de 2008

Escenario a cielo abierto







Desde hace unos cuatro años, por alguna razón, los cineastas han montado carpa en Mérida. Muchos proyectos cinematográficos importantes han aterrizado en esta zona. Edmundo Aray y Muricio Siso justifican esa atracción

Por: Nilsa Gulfo

Fotos: Armando Sánchez

Edmundo Aray y Mauricio Siso son altamente conocidos en el mundo cinematográfico. Aray es escritor y cineasta, Siso ha trabajado durante años en la dirección de fotografía. Ambos nacieron lejos de Mérida, pero por distintas circunstancias se encontraron acá.

Hasta hoy han compartido escenarios juntos cuando de producciones se trata. De hecho han coincidido en diferentes proyectos, pues ambos son parte de la escuela de Medios Audiovisuales y fueron piezas fundamentales en el extinto Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes.

A estas alturas ambos reflexionan sobre ese encanto que tiene Mérida para venderse como sitio ideal para producir cine. Para Aray no es casual, pues el encanto nació a final la década de los setenta 70, cuando se acordó realizar en la ciudad el Festival Nacional para conmemorar los diez años de creado el departamento de cine. Se tomó la decisión de escoger la ciudad como sede permanente de este festival, haciendo dupla con el Manuel Trujillo que se realizaría en Maracaibo.

Esos encuentros, entre expertos del cine con la ciudad, tuvieron sus resultados. Recuerda Aray que más de un cineasta se empezó a plantear producciones no sólo para el cine, sino para la televisión.

Mauricio Siso por su parte resalta aún más la responsabilidad de Departamento de Cine de la ULA en esto de las predilecciones por Mérida. Explica que esta dependencia tiene la particularidad de haber sido el pilar fundamental del desarrollo cinematográfico del país durante la década de los 80. Esta justificación viene daba porque en ese entonces se contaba con equipos, personal y costos que competían, en ventajas, con los del resto del país. Lógicamente esto permitía que muchas de esas producciones se hicieran en el estado. Aún cuando el departamento desapareció, para darle vida a un centro cinematográfico, dejó un legado de más de 150 producciones.

Con el coqueteo por delante

La experiencia de Edmundo Aray es extensa en eso del cine. El destino lo ha colocado en cargo donde ha demostrado su capacidad para moverse en el área. No más con recordar cargos como la dirección general de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños en Cuba, miembro fundador de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, director del Departamento de Cine de la ULA y además fundador del Comité de Cineastas de América Latina, entre otros cargos, amén de la cantidad de premios por su labor como cineasta y escritor.

No obstante está en Mérida, la ciudad que según él, tiene la mejor luz para filmar. Afirma que esa transparencia que se crea con la luz, no se ve en ningún otro lugar.

Para Aray Mérida, el estado ha sido privilegiado por la naturaleza. Asegura que si se hace un recorrido se puede tener todas las estaciones a la mano, sólo hay que escoger y actuar.

Desde que llegó a Mérida Aray ha visto como cantidades de directores han quedado rendidos a los pies de un estado tan privilegiado por la naturaleza. Películas como “Diles que no me Maten” de Fredy Siso, “Oriana” de Fina Torres, Detrás de la Noticia de Carlos Azpúrua, Cuando deje de Llover de Haydee Pino y Florentino y el Diablo, entre otras reconocidas producciones, han recogido directa e indirectamente el paisaje merideño. Más reciente se han visto producciones de las nuevas generaciones de cineastas como Alberto Arvelo quien con sus películas como “Una Casa con Vista al Mar, Una Vida y Dos Mandados, además de la serie de televisión “Los Últimos” le ha dado un valor agregado a la diversidad geográfica. La Ciudad de los Escribanos, del director José Velasco ha sido otro de los largometrajes que tuvieron como protagonista a la ciudad de Mérida, específicamente a la Universidad de Los Andes.

Pero no sólo han sido películas, con larga trayectoria e importancia en el país las que se han rodado en Mérida, también las historias rosas expresadas en la telenovela nacional han surgido de la ciudad o de sitios como el Páramo. A menudo se ven equipos de televisión montando sus carpas en lugares como la Plaza Bolívar de Mérida o en pleno Páramo, tratando de contar la historia de una humilde muchacha que anda en busca de su Príncipe Azul. Seguramente la historia culmina en Caracas, pero con algunos capítulos filmados en los andes.

La cuenta que saca Edmundo Aray es que en los últimos cuatro años se han filmando en Mérida alrededor de 12 largometrajes. Situación que, a su criterio, no ocurre en ninguna otra parte del país. A excepción de Caracas.

A través del lente

Mauricio Siso, caraqueño de nacimiento, viene de una familia de cineastas. De los 8 hermanos que son, la mitad han quedado encantados con el séptimo arte. Comparte fama con, los no menos conocidos, Roberto y Fredy Siso, quienes tienen sus currículos llenos de premios y reconocimientos por los trabajos en la dirección de famosos largos y cortometrajes. Su otro hermano es escenográfo.

Refiriéndose al trabajo desarrollado durante casi 27 años, los que ha vivido en Mérida, explica que se ha centrado en la dirección de fotografía y cámara. De allí que quienes lo conocen lo califican como uno de los mejores en su área.

Su vasta experiencia le da pie para hablar con propiedad de los elementos visuales que tiene Mérida para venderse como escenografía natural. “Mérida maneja 14 plataformas ecológicas y eso la hace atractiva. Podemos manejarnos entre una selva nublada, pasando por un páramo, una ciudad bohemia, hasta llega a una playa. Además tiene una luz muy bella, un verdor que la convierte en zona especial para hacer producciones audiovisuales”.

Sin embargo cuando se trabaja con la continuidad de un rodaje, existen complicaciones. Para Siso el clima del estado, en especial las zonas del Páramo, es caprichoso, pues se puede empezar a trabajar con luz y de repente todo cambia. Asegura que su sitio preferido para trabajar es el Páramo, pues al igual que Edmundo Aray, considera que tiene la luz perfecta. Desde el punto de vista fotográfico asegura que le atraen particularmente esos tonos violetas de la mañana. Además considera que es el sitio ideal para trabajar con los tiempos, es decir donde se puede hacer que un amanecer, fotográficamente hablando, se vea en un film como un atardecer o viceversa.

Tanto Siso como Aray coinciden en que además de los paisajes y de la estructura arquitectónica de Mérida, existen otros factores fundamentales para que se logre una atracción entre directores de cine y Mérida. Consideran que acá hay mucho talento desplegado a raíz del nacimiento en la ULA de la Escuela de Medios Audiovisuales hace casi una década. Este particular detalle también ha convertido a Mérida en la ciudad donde se produce material con calidad.


Entre Sisos

Mauricio Siso, se le conoce en Mérida como “Mauri”, asi le llaman los amigos. Su resumen curricular, despegado en WWW.vereda.saber.ula/cine, da cuenta de una larga trayectoria. Ha participado en más de 60 películas y 80 videos nacionales e internacionales. En cuanto a premios su lente ha sido reconocido en múltiples oportunidades, sobre todo en el manejo de cámara y en la dirección de fotografía. Entre otros trabajos, ha sido foquista, maquinista, cámara de animación y músico.

Estas son alguna de las películas donde ha participado :

- Cuando Deje de Llover , de Haydee Pino (director de fotografía)

- Érase una Vez, de Roberto Siso (director de fotografía)

- La Noche de las Estrellas/ animación (director)

- Florentino y El Diablo, de Michel New (director de fotografía)

- El Valle, de Gustavo Balza (director de fotografía)

- La Ratoncita Presumida (director de fotografía)

- Medewadi, de Fredy Siso (director de fotografía)

Aray: amante de la historia

Edmundo Aray es hoy en día uno de los más reconocidos cineastas el país. Confiesa que entró tarde al trabajo cinematográfico con una producción que fue suficientemente premiada para darse a conocer en otras latitudes. “Bolívar ese soy Yo”, fue una película que hizo en 1993, cuando había pasado la barrera de los 50 años. Antes había tenido suficiente experiencia como escritor y poeta. Decenas de productos reflejan el intenso trabajo. Sin embargo no era ajeno al área, pues diferentes responsabilidades le acercaron al mundo del cine.

Desde esa producción, cuya característica primordial es que todos los personajes fueron construidos en barro por la artista Glenda Mendoza, Aray se da a conocer por la cantidad de favorecidas críticas a su obra. En esta historia el personaje principal es Simón Bolívar con los traspiés de sus últimos días. Ese año esta producción se ganó el premio como mejor película, mejor dirección, mejor guión y mejor película de animación.

A partir de allí Aray ha dirigido otras películas, de igual categoría como: “José Martí ese Soy Yo”, “ Pozo Muerto”, “Venezuela en Tres Tiempos”, “Del Orinoco al Potosí”, “En el Vientre de la Ballena” y “Corazón Adentro”, entre otras. Su producción más reciente es un proyecto llamado: “Simón Rodríguez Ese Soy Yo”, donde utiliza piezas de cerámica para contar la historia del maestro del Libertador Simón Bolívar, igualmente ha hecho el guión literario de: “Manuelita Saéz, esa soy Yo”. Siente predilección por el tema histórico y por títulos como estos, porque, dice- todos llevamos un héroe por dentro.

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